A mi amigo, hermano, compañero Presidente Salvador Allende Gossens, médico,socialista y francmasón(26 X 1908-11 IX 1973). Legítimo Presidente de Chile (1970 - 1973) Segundo Presidente Mártir de Chile.
El alba revolucionaria de Chile nació recorriendo
el desierto, la Patagonia, las ciudades y los campos exaltados,
viajando desde las estrellas celestes y marinas
a esos bosques bermejos brillando sobre altas montañas,
ríos largos como almas nuevas,
surgiendo en cada roca, enteros,
como el cantar desnudo sin límites
de pámpanos y zarcillos haciendo crecer la Historia.
Los parlantes satinados de la radio vieja anunciaron otra vida…
Marchamos desde la miseria que muerde.
Los bombos eran sacudidos por el latido sordo
del pueblo chileno arrodillado alzándose dignamente.
En cada cruce del dolor con la esperanza,
comenzaron a cantar los poetas
tañendo con dulzura las guitarras:
voces roncas de las manos que vuelven negras
desde las negras minas bajo el mar,
voces incandescentes de las manos rojas
bajando de los altos hornos eternos.
Hacia los caminos angostos de la nieve,
hacia los salares calientes de la sed,
atravesando poblados y bosques nativos,
convergían acciones y sentimientos poderosos.
Tiempo máximo del sueño que entra en la huella.
Modelábamos la realidad sobre un fuego pasionario,
creábamos un mundo diferente en la fragua,
transformándolo,
como si un nuevo puente
hubiera sido levantado entre los hombres.
Visto desde hoy, parece algo increíble:
unidos por un poder de amor social
hilábamos un ideal común
cortando los circuitos del pasado oscuro:
juventud y vejez, titulados e iletrados,
artistas inspirados, estudiantes alados,
todos íbamos por una ruta iluminada
que nos cambiaba en sangre nueva…
La televisión católica difundía diatribas
en boca de negras sotanas sucias de odio,
la Ley de Armas fue aprobada,
los generales leales fueron asesinados
y el comandante traidor llevó la sedición al poder.
Los bombarderos aniquilaron nuestra visión,
un horrible destino te hizo mártir...
Y cayó sobre nosotros la tragedia…
La muerte, la sangre, las prisiones…
Torturas, ejecuciones, entierros escondidos,
las desapariciones…
Dolor de tanto dolor... En la impotencia, el duelo.
Contemplo una lámina de cobre:
tu retrato acompañando mi sobre-vivencia
durante la pasión del destierro.
Y pienso que no hemos cambiado:
seguimos respondiendo a tu llamado,
semillas dispersas sobre el planeta
exiliados definitivos de la inmensa utopía fraterna
que tan cerca estuvimos de alcanzar…
No cesa de florecer el ideal
como un botón esperando su luz.
Enfrentando tu muerte, abriste la gran línea
del conocimiento que nos conduce
hacia una sociedad fraterna, tolerante, libre...
Entonces
la noche del terror habrá terminado.
Despuntará el alba nuevamente.
Volveremos a nacer.
©Copyright Ximena Gautier Greve. Es propiedad Derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario