martes, 1 de noviembre de 2011
LOS ESPEJOS DE NUBIA
«Una medium invocó a un ser de luz. Alguien se presentó».
Miraba como siempre, sus ojos.
Oscuros en la noche y claros en el día.
Cierta vez coloreé su aspecto:
Dos gotas de marrón,
una de verde,
y otra de amarillo.
Así lucían,
como el ámbar petrificado.
Los usaba como espejo disfrutando los paisajes,
los cerraba con un beso y volvían como siempre,
otra vez a iluminarme el camino del perdón.
¡Fue entonces…, cuando aquello ocurrió!
Ella más abrió los ojos y su boca se partió.
El terror me anquilosó las piernas,
no podía darme vuelta,
no quería, lo sufría.
Y sus ojos color ámbar reflejaron el horror,
de una nube oro rubí que silente se movía,
avanzando a mis espaldas era el fuego del infierno,
pues de aquello que existía se llevó hasta su recuerdo.
¡Me llamaron, y aquí estoy!
Esa medium presumida,
tan curiosa y tan amable que en su vientre me alojó.
Le conté la amarga historia de esos últimos minutos,
de una tierra calcinada, pestilente y sin razón.
Y partí de nuevo al sitio, al lugar que más amaba,
hacia el valle de las almas donde sólo existe amor,
no sin antes recordarle que fue el hombre y sólo él,
que soberbio e impiadoso se abusó del don divino,
de su libre albedrío otorgado a su favor...
¡Necio, estúpido, rebelde, otra vez se exterminó!
Derechos Reservados © Jorge Judah Cameron
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