jueves, 28 de abril de 2011

SOBRE ESAS NIÑAS Y NIÑOS QUE NOS NECESITAN - DE DANIEL ADRIAN MADEIRO -

SOBRE ESAS NIÑAS Y NIÑOS QUE NOS NECESITAN





En el año 2004, poco antes que muriera mi padre y algo después de que hubiera sucedido , escribí un trabajo titulado “La Familia”.

Nunca lo publiqué en su totalidad.

La razón es que se trata de un texto muy personal, en cuanto a datos de la vida privada de ellos y mía.



Sin embargo, en junio de 2010, sentí la necesidad de publicar un fragmento del mismo (con varias omisiones), referido a mi padre Sixto Madeiro; lo hice en el portal “Locus Literario” (http://locusliterario.com/forodos/index.php?topic=2108.0).



Una de las razones que originó la hechura del escrito fue revaluar mis consideraciones particulares sobre mi padre y mi madre, purificar y esclarecer ante mi mismo mis sentimientos hacia ellos.

Hacerlo me ayudó a tener una mayor claridad sobre sus vidas y comportamientos.



Pero no fue la única razón.

Como nunca escribo sólo para mi, también guardaba y perseguía otro objetivo.

Por ello, en el prólogo, que verdaderamente lo fue (no surgió como una presentación al terminarlo), se lee:



“La vida se parece a un rompecabezas. En éste, si faltan algunas piezas o no están asentadas en el lugar correcto, la figura a armar queda incompleta o no responde a lo prefijado. Así pasa con la vida: las piezas mal colocadas o faltantes, no permiten un exitoso resultado final. La persona que se pretende armar será siempre, más o menos, diferente de la que hubiera sido de haber trabajado con mayor esmero en la correcta combinación de todas las partes.

No es algo terrible (al menos no siempre). Tampoco algo que podamos evitar por completo; son muchas piezas a colocar en su lugar durante muchos años.

Espero que esto sirva para interesarnos más en esos frágiles y maravillosos rompecabezas que debemos procurar armar de manera perfecta para asegurar el bienestar de ellos mismos y un futuro feliz para la humanidad: me refiero a los niños”.



En ese momento, como hasta hoy, siempre me lamenté ante el desamparo que sufren los niños de la calle, aquellos increíblemente presos de la indiferencia de sus padres y familiares o víctimas de un entorno desentendido de sus vidas e intereses frente a una involuntaria incapacidad paterna para hacer algo mejor.

Y en esta hechura de “La Familia”, sorpresivamente, me encontré con dos personas sobre las cuales, yo menos que nadie, no podía dejar de tener en cuenta que: alguna vez fueron niños.



Copio aquí un pasaje de “La Familia”, vinculado a lo precedente:



“La infancia de mis padres transcurrió en la década del treinta. Aún no existían estos principios (Declaración de los Derechos del Niño). A eso se sumó el efecto adverso que para la Argentina, como para otros países del mundo, representó la llamada “Gran Depresión” acaecida en Nueva York en Octubre de 1929. La pobreza era moneda corriente en las clases trabajadoras y las cifras de desocupados eran alarmantes.

¿Qué habría pasado si mis padres hubieran recibido la atención que se establece en los 10 Principios de la “Declaración de los Derechos del Niño”?

Creo que podría haber ayudado a su mejor desarrollo emocional y psíquico.

No puedo asegurarlo. Me parece que nadie puede. Las personas son distintas unas de otras y, sometidas a un clima hogareño similar, presentan reacciones diferentes...

Pero, releamos la historia de mi padre y la de mi madre donde, por supuesto, la mía se desenvuelve, e imaginemos gente, terceros (instituciones, organismos) que observan el cuadro de situación y actúan “a tiempo” para brindar el apoyo necesario.

Pensemos qué importante hubiera sido esto para, al menos, procurar el correcto crecimiento de ellos. También para el de aquellos que serían sus hijos cuando les tocara cumplir el rol de padres”.



Y así son las cosas. Todo está encadenado.

El entorno actúa sobre nosotros y según la respuesta que demos o, mejor dicho, que podamos dar, algunas puertas se abren y otras se cierran.

En mayor o menor medida, todos somos corresponsables de los sucesos de este mundo. Algo así como un “efecto mariposa”.



Pensemos en el siguiente ejemplo.

Hay una publicidad estatal en Argentina, enfocada a los accidentes de tránsito que dice: “Si se puede evitar, no es un accidente”.

En otras palabras, toda situación de cierto riesgo sobre la cual nos ocupamos en tomar los cuidados necesarios, puede tener un final feliz.

Cuando no hacemos lo que debemos sucede lo previsible.



Así sucede con la niñez.



Que en el mundo haya tantos niños pobres, abandonados, prostituidos, esclavizados, desnutridos, sin educación, sin acceso a lo más preciado de la infancia: la felicidad; todo eso nos muestra (y demuestra) que quienes tienen la obligación “primaria” de evitarlo no lo están haciendo.

Si los niños sufren esos males, pudiéndose evitarlo, entonces no es un accidente, es una acción de olvido, un descuido que raya la premeditación.



Pueden preguntarme: ¿Usted que hace por los niños?

Contesto: desde mi posición de hombre de clase media que todos los días va a trabajar bajo relación de dependencia en una oficina; que tiene tres hijos a los que procura darles lo mejor; hago lo que puedo: escribo algunos poemas que muevan a interesarse por los niños; invito a todos los lectores que lo deseen a que utilicen cualquiera de mis textos publicados en Internet (libremente) para obtener fondos para colaborar con obras de bien público a favor de los niños; realizo donaciones a tres instituciones vinculadas al tema y procuro fomentar en Facebook el intereses por la infancia desvalida.



Me encantaría poder hacer más que eso, pero siento que los tiempos y los recursos que poseo llegan hasta ahí.

Me gustaría tener un espacio propio donde poder darles al menos una taza de leche diaria a muchos chicos. Pero eso requiere un tiempo, una organización y una capacidad que por el momento no creo tener.



Debemos comprender que lo importante en este tema, más haya de lo que podamos o no hacer, es que: sí o sí, no dejemos de interesarnos y reclamar que quienes tienen la obligación fundamental de hacerlo lo hagan.

Estoy hablando de los Estados, de los Gobiernos, de los Gobernantes.

Estoy diciendo que besar niños en campaña, hacer videos emotivos, hacer promesas, no alcanza cuando hay capacidad para hacer mucho más.



Y no debiera importar que haya un compromiso formal, legal, acordado en el marco de las Naciones Unidas o cualquier otro organismo de este planeta.

Debiera ser suficiente ver que las niñas y niños que duermen en la calle, merecen un hogar.

Que las niñas y niños huérfanos, merecen una comunidad que los cobije.

Que las niñas y niños desnutridos, deben recibir a tiempo la alimentación y cuidados pertinentes.

Que las niñas y niños enfermos, sin acceso a la educación, obligados a tener que trabajar, merecen hospitales, escuelas y tiempo para disfrutar de su irrepetible infancia.

Que las niñas y niños utilizados por adultos para fines pornográficos deben ser recuperados y los adultos involucrados recibir un castigo ejemplar.



En otras palabras, debiera bastar tan sólo con ver cuanta miseria lastima a las niñas y niños de este planeta para que quienes tienen los recursos económicos, legales y estructurales para hacerlo lo hagan.



¿Habrá razones desconocidas, poderes ocultos, que impiden que eso pase?

¿Se estarían desmantelando algunos turbios negocios por hacer lo correcto?



Cuando tenía alrededor de quince años (aprox.1972), escribí un poema que luego musicalicé titulado “Duerme niño, duerme”



Duerme niño, duerme;

sigue soñando con hadas y gorriones,

sigue andando por senderos de flores,

por verdes valles,

por bellos salones.



Duerme niño, duerme;

sigue el mundo de tu fantasía pura,

sigue andando bien con DIOS y la hermosura,

sigue soñando...

que soñando eres feliz.



Niño frágil, no despiertes todavía,

no abras los ojos,

no pierdas la poesía.

Niño frágil, no despiertes aún,

por favor, no abras los ojos,

sigue niño que es mejor...

mucho mejor.



No despiertes niño que aún

no hay nada preparado,

no despiertes niño que aún

el mundo sigue odiando.

No despiertes niño,

quédate dormido,

dame tiempo para darte

un mundo lindo,

para que cuando despiertes

te reciba con dulzura,

sin lágrimas en los ojos,

sin heridas, sin arrugas.



Con las manos pobladas de flores,

con un canto alegre en los labios,

con una mente sin tristes recuerdos,

con mi amor y mi DIOS en las manos.



Duerme niño, duerme,

no quiero que me veas llorando;

duerme un poco más y al despertar

te entregaré un mundo manso;

y entonces tu y yo podremos

demostrar que aun amamos.



Duerme niño, duerme.



Hasta el día de hoy es un poema que me conmueve profundamente.

Quizá, sin duda, algo de mi infancia se esconde en esa letra.

Recuerdo que al escribirlo pensaba en si deseaba traer un hijo a este mundo.

Siempre, al leerlo o cantarlo veo a niños desprotegidos a los que lo mejor que les puede pasar es permanecer dormidos hasta que el mundo sea un lugar digno de ellos. Algo así como suspender el tiempo hasta que las cosas mejoren.

Y juró por DIOS y por mis hijos que me encantaría poder hacer mucho, muchísimo más de lo poco que hago para que el planeta Tierra sea un lugar agradable, pacífico, con gente interesada en la Verdad y a partir de ella logrando verdadera Justicia, con personas sinceramente interesadas los unos en los otros.

Un mundo así, además de ser necesario, es posible. El “cómo” es una respuesta que debemos dar los miles de millones de anónimos seres que la poblamos.

Hay organizaciones, hay gobiernos, hay poderes.

Pero es nuestra presencia permanente la que puede cambiar el mundo.



Mi hija pequeña...



Mi hija pequeña,

toda desgreñada,

mal lavado el rostro

y envuelta en andrajos,

limosnea en la esquina

a los transeúntes.



Mi bebé se agarra

muy fuerte a la teta

de su madre flaca

que también mendiga

sentada a la entrada

de ese viejo templo.



Ahí corre mi hijo,

descalzo, harapiento,

camino hacia el taxi

para abrir la puerta

con su triste mano

pidiendo monedas.



Son tantos mis hijos

vagando las calles,

los trenes, los subtes,

los bares, los puertos,

dándote estampitas,

ofreciendo flores,

y aun otros, ¡Oh, DIOS!,

vendiendo su cuerpo,

que tengo la horrible

certeza al verlos

que a nadie le importa

su padecimiento.



Hay muchos discursos,

muchos manifiestos,

grandes impostores

tras grandes lamentos,

no creeré en ninguno

de ellos hasta verlos

que de verdad cumplen

con sus juramentos.



Lo repito: Hay organizaciones, hay gobiernos, hay poderes.

Pero es nuestra presencia permanente la que puede cambiar el mundo.



Daniel Adrián Madeiro

Con Verdad y Justicia, construyamos una Tierra digna de nuestros niños
Copyright © Daniel Adrián Madeiro.

Todos los derechos reservados para el autor.

martes, 26 de abril de 2011

CONFESION MANIFIESTA - DE LUVAR - RED DE ESCRITORES DE COQUIMBO

ESTO NO ES UN INTENTO DE DEMOSTRACIÓN ERUDITA, NI DE EGOCENTRISMO, NI ESCRITO A "EX-CÁTEDRA". ES SÓLO UNA OPINIÓN DE UN AUTODIDACTA QUE INTENTA MIRAR HACIA ADELANTE Y CAMINAR, AUNQUE SE EQUIVOQUE, HACIA UN NUEVO FUTURO POÉTICO, EN EL QUE, SIN VOSOTROS, NO HAGO NADA.



Entiendo el poema como una transcripción de lo que uno piensa después de sentirlo, expresarlo con palabras cotidianas que simbolicen algo, o simplemente que las palabras en sí sean los símbolos que provoquen la reflexión emocional, el asombro, la evocación y la sugerencia. No hablar ya de la poesía de la experiencia ni de la conciencia, sino de una poesía post poética llena de contradicciones, de realidades claras y no tibias, de un colage de ideas e imágenes que representen una abstracción reconocible que no narre lo que pasó, sino lo que se siente cuando pasa, que sea conceptual más que emocional y que rinda homenaje a la verdad, a la justicia y al amor, olvidándose de las formas tradicionales, buscando nuevas sendas poéticas, trasgrediendo el culturismo y lo que se entiende por tropos o figuras retóricas. El poema en su estructura, sólo ha de tener ritmo

y producir eco en el lector como una canción protesta.



Otras opiniones al respecto serán, seguramente, académicamente acertadas, susceptibles de tener en cuenta y muy respetables, pero no serán contrarias a lo que expongo, ni rivales, sino que se complementarán si se entiende la evolución mundial a nivel científico, tecnológico y social, como una revolución de todos los sistemas, tanto de aprendizaje como de enseñanza y, por supuesto, de vida. Estamos en la época del Hip.Hop, del Rap del rock and roll y no de la música de Bethowen. vivimos en los comienzos del siglo XXI donde los cambios de los sistemas financieros, comerciales, laborales y formas de gobierno y estado, se suceden con mucha rapidez y guerras. El planeta también está cambiando en su clima. Todo cambia. ¿No habría de hacerlo la poesía escrita en poemas?



La poesía ya no se escribe hoy en sonetos o décimas, ni siquiera en romance –tan popular en lengua castellana- porque eso es historia. Hoy se ha de escribir poesía desde la perspectiva de la libertad en conexión con los acontecimientos undergraund o paradigmas de nuestro tiempo, con la mente abierta al futuro impredecible.



Y ésta idea de cambio de estética, no sólo lo dice alguien como yo sin estudios oficiales –que no oficiosos- sino que la corroboran cientos de poetas modernos y actuales. He aquí un ejemplo:



“Cada vez más gente
con una venda
puesta en los ojos.

Incluso he visto gente que,
habiéndoselo movido un poco,

se la vuelve a colocar correctamente.”
(Antonio Orihuela)

Antonio Orihuela (Moguer, Huelva, 1965) es poeta, ensayista y articulista. Su obra literaria e intelectual, de marcado carácter libertario, participa del movimiento colectivo de la poesía de la conciencia desde su emergencia al principio de la década de los noventa.

Es doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. Como investigador, ha publicado una decena de trabajos acerca de las formaciones sociales precapitalistas en el suroeste de la Península Ibérica, entre las que destaca "Historia de la Prehistoria", Huelva, 1999.

Ha participado en más de 100 exposiciones de poesía visual y publicado poemas visuales en revistas de más de una treintena de países. De igual modo, es destacable su labor como organizador y comisario de exposiciones de esta disciplina.

Desde 1999, coordina los encuentros anuales Voces del extremo, en su Moguer natal, auspiciados por la Fundación Juan Ramón Jiménez. A través de ellos, se ha antologado la obra de una treintena de autores individuales y colectivos. En torno a este encuentro y antología anual, se ha ido consolidando un movimiento poético colectivo que, desde distintas perspectivas, hace centro de sus intereses la denuncia de la injusticia y la marginación social, la reflexión estética y ética acerca de las relaciones que establece el poder instituido con lo real y la necesidad y posibilidad de un cambio del modelo del capitalismo global y postmoderno.

Antonio Orihuela indaga con su obra "en las posibilidades de una poesía que, abandonando la especulación y el escepticismo, se enfrente al apocalipsis cotidiano y organizado por una sociedad de la destrucción, la miseria, el dolor y la muerte".[1] En este sentido, Orihuela afirma:

Tenemos que dejar de pensar nuestra vida en términos de materia prima y empezar a vivirla como vida con sentido, enajenada de su valor de compra y sumisión, trabajando en prácticas que nos ayuden a recuperar su tiempo de vida, denunciando e intentando eliminar las relaciones de explotación y profundizando en la democratización de la vida pública. Cualquier herramienta es buena, como la poesía rescatada de la muerte del arte y revivida para nuestro nuevo vivir.[2]

Antonio Orihuela


Su poesía se propone como una reflexión sobre la realidad contemporánea y busca ayudar a un cambio en sus actuales condiciones de injusticia. Sus poemas suelen recurrir a un lenguaje directo y claro en que la palabra se concibe como una herramienta de uso eficaz. Orihuela rechaza la práctica de cualquier tipo de esteticismo. El realismo que así practica Orihuela usa tanto la identificación entre el lector y el tema del poema, como el extrañamiento y el distanciamiento de corte brechtiano. Temáticamente, su obra huye tanto de los convencionalismos líricos, como de posiciones esencialistas. Sus fuentes están fuertemente enraizadas en el marxismo y el anarquismo, así como en otras corrientes revolucionarias como el situacionismo.

En sus textos teóricos, Orihuela practica una crítica de la ideología capitalista desde posturas de materialismo dialéctico de corte libertario. Al igual que otros miembros del movimiento colectivo de la poesía de la conciencia, considera que toda poesía es política, pues la naturaleza esencial del hombre y sus producciones es social e ideológica. Sus artículos y ensayos muestran las relaciones causales que se dan entre el actual sistema del capitalismo global postmoderno y algunas de las corrientes de la poesía contemporánea, como la poesía de la experiencia o el realismo sucio. (Biografía y comentario buscando en Wiquipedia, pues no tenía por qué saber yo tanto de memoria)

De mi libro PROTEOPOEMAS (que no es un ejemplo, sino una manera diferente de escribir poesía)

Todo lo demás,

está de menos.

lunes, 25 de abril de 2011

CRUCIFICADLO - DE HUGO LEÓN DONADO OSORIO




El Gólgota espera en su noche larga por más crucificados…
Cuántos Gólgotas de latitudes ciertas absorben sangre por redención y espera?
en cada nuevo viacrucis; esperanza inútil, muerte y horror en yacentes primaveras.

Desolada amargura en hiel y vino.

¿Cuánto amor y piedad se necesita entonces, con flagelado azote en carne viva?

¿Cuántas crucifixiones más a la deriva en inútil y dulce regocijo?

Y sigue impune en penal acusatorio, testigos falsos en falsas tempestades

Los derechos en abusos gimen

Tortura, crimen y fraudes procesales. Caifás aun vive en pagados tribunales
y Anás respalda el Sanedrín actual, audiencias nulas e indultos concedidos,
casa por cárcel y sueltos Barrabases gozan felices de ufana libertad.

La prensa advierte

Cuanta corona de espina resplandece en oro sólido revestida ahora…
por los costados aun la herida sangra del cordero otra vez sacrificado
y procesiones en rasgadas vestiduras entre el sahumerio se develan.

La luz titila

Embestidas Marías inmaculadas violan, en oscuros callejones sin salida

¿Cuántos gallos cantarán tres veces al renegar principios de inclusión y olvido?

¿Cuánto Cristo en la calle inadvertido tiras de carne temblorosa ostentan?

Pasan junto a uno inadvertidos.

¿Cuántos Pilatos con lavadas manos? sin reparación y olvido ¡ante tanto genocidio!

Rotura en corazón diagnosticada, defunciones en actas sostenidas

Absolución total… cosa juzgada... y paz en la tumba solamente.

¡Blasfeman!

Con rezos la muchedumbre aplaca, el pederasta que alberga en sus iglesias
confesor que comunión otorga bajo la cruz que ilumina el peregrino

¿Para qué resucitar de nuevo, en el mismo dolor ya consagrado?

¡Sacrificio inútil!

Con el alma en llantos Cristo reclama ante un sepulcro blanqueado y ofendido.



INRI

martes, 12 de abril de 2011

ANTES DEL FINAL - ALDO LUIS NOVELLI

Estoy solo.

Quiero escribir todas las páginas del mundo
leer la cifra secreta oculta en el agua primordial
cantar el canto nuevo de la nueva humanidad/
cantar sin tiempo un canto de lluvia y empaparme la cara
y la sangre de agua fresca/ del agua clara que baja de la cima.

Y me pregunto: ¿por eso estoy aquí?
en medio del desierto rodeado de gente que no conozco.
¿Conozco esta gente? ¿me rodea y me habla a mí? ¿a quiénes hablan?.

Quiero decir estos poemas con la voz de un pájaro y el zarpazo de un tigre.
¿Qué son estos poemas? ¿qué es eso que llaman poesía?
Clasificar el mundo y sus objetos y ponerle número a cada cosa es la religión de los tiempos.
Una legión de fanáticos caminan detrás de los objetos.

El arte es el opio de los pueblos dicen los nuevos pastores
¿existe el arte? ¿el pueblo?
¿dónde están los pastores de este inmenso rebaño de ovejas?.

¿Por qué estoy aquí? ¿porqué aquí y no allá?
allá donde el sol broncea el cuerpo de felinas mujeres
o más allá/ donde el hombre inventa distintas muertes cada día/ todos los días.

Estoy solo/
busco amor. Quiero ser el amado.
¿Me alcanzará?
¿Me alcanza esta soledad para escribir el poema total?/
ese aleph/ ese inalcanzable.
¿O el amor y el deseo de una dulce obrera del mercado es el fin de todas mis utopías?
naranjas papas y manzanas en sus manos sucias y sus jugos en mi cuerpo
y sus ojos admirando mi palabra/ mis sombras/ mis castillos de humo.

¿Para qué nacer amar desamar y morir?. ¿para qué Dios de los vencidos?
dime Dios ¿para qué?

Quiero ser el amado/ el bienamado/ el más amado.
¿Y el paraíso terrenal/ la revolución/ la súper hembra/ el gran polvo?
y buscarte en lo alto/ más alto que los fatuos cielos

¿dónde estás padre?.

¿Y los hombres/ la libertad/ los ideales supremos/ la loca utopía...?.
¿Qué hago acá en este punto infinitesimal del cosmos
intentando trascender con palabras demasiado gastadas?

¿Y los hijos? ¿y esta sangre que me sucede como revolución ansiada?

Hombre que inventa religiones/ mecanismos/ discursos/ fantasmagorías
¿porqué y para qué el poema? ¿dónde la poesía?
¿ese arco tensado entre dos estrellas ilusorias?
¿dónde la flecha que atraviesa esta eternidad de instantes?

la poesía: esa oscuridad/ luz/ pensamiento/ genio encerrado en una botella/ todo y nada.

¿Detendrá mi palabra algún día la bala del suicida o el asesino?
¿es necesario el poema/ el poeta/ el inventado/ para detener esa bala?
¿justificará ese instante el poema? ¿la miseria del mundo/ el hambre/ la muerte sin sentido?.

Estoy solo/ sin padres/ sin hijos/ sin amada en medio de la noche cósmica.

Estoy temblando.
Voy a morir.

¡Pero antes voy a salvarme!.

¡Antes escribiré el poema que frenará la bala
de la infinita tristeza del hombre!.- //

del libro: “Estúpidos mirones de televisión”.

lunes, 11 de abril de 2011

RÉQUIEM POR VALPARAISO

"Si usted pudiera leer en mis ojos lo que mis ojos leyeron..."

Sabría que existió un punto de luz adonde el océano llegaba, transportando buques enormes, buques de guerra, remolcadores, barcos pesqueros, barcazas, botes de paseo, lanchas y catamaranes..., gaviotas, pelícanos, marineros borrachos..., viejos marinos ebrios de alcohol y de canto, buscando el amor entre sus recuerdos de puertos lejanos... Faros a medianoche en medio de la niebla, molo, dique y ascensores columpiándose en los cerros...

La Historia estaba escrita en cada piedra, las escaleras que llevaban al cielo, casas enraizadas en la agreste tierra, en la laberíntica geografía, rasgando el viento y a un palmo de las estrellas...

Entonces el futuro era el amplísimo horizonte del Pacífico, y, la vida, la aventura
a través de los dédalos caleidoscópicos. Todo podía ser..., y era. Lo mágico,
lo irreal, lo que se encontraba todos los días entre los cementerios, y los terremotos, tesoros naturales en el temporal y los incendios, entre los fuegos de artificio y los cañonazos, entre volantines y sábanas al viento, quemando al Judas contra el tiempo, y, el 29 de junio, la Procesión de San Pedro bendiciendo la pesca,
llenando de salobres flores las olas picadas, palomas, gorriones y levas de perros
en prosecución de su devenir continuo, hondas, cartuchos para las cerbatanas,
descolgarse y trepar, soñar, jugar, volar, observar silenciosa, reverentemente el mar...

Porque todo estaba allí, Dios, el Diablo, los fantasmas y las brujas, los prostíbulos encubiertos, las casas de juego, las fiestas homosexuales, las iglesias católicas y los templos protestantes en todas sus divisiones, pastores y curas, poetas enamorados del magnetismo fantástico, filósofos trashumantes, enloquecidos espectros, devotas milagrosas, fervorosos delirantes, locos filántropos, las canchas de deporte, la Armada, las plazas y plazoletas, los troles, las antigüedades, las leyendas bucaneras y los Bancos coloniales.

Paseos a medialuz, enamorados rehuyendo el público, vino y cognac, aguardiente templando los fríos húmedos, té y café, emociones a flor de piel que no encuentran su razón hoy, aquí.

Mas, esta no es toda la verdad y es demasiado tarde para recular; los burros y el lechero, los botelleros, el Viejo del Saco, el Hombre Lobo y el Hombre Pájaro, los borrachos y los desquiciados de siempre, nacimientos y muertes, Open Door y antiguos Hospitales, pozos añejos para bomberos, boîtes y fuentes de soda abiertas hasta el amanecer...

Pero, de pronto, YA VIENE YAKARTA y los Infantes llamaban a la población
a recluirse en sus casas, era el fatídico Toque de Queda, el horroroso Estado de Sitio nazi.

Era la muerte, las cacerías y las detenciones, asesinatos masivos, torturas en alta mar, el Lebu, denuncias, allanamientos sorpresa, nocturnos pájaros del odio y la locura.

Era el miedo, el dolor, la incertidumbre... El corazón latiendo a un ritmo desacompasado. Fue la bruma y el duelo más largo del Puerto. La sombra se apegó a las murallas, las caminatas se hicieron de puntillas, los ojos esquivaban las miradas, las sirenas portuarias se volvieron lúgubres, una letanía fúnebre, y la nostalgia subió desde la costa hacia los cerros...

Emigró la gente buscando latitudes más templadas, más humanas, el dolor se quedó colgando de los cerros abandonados de Valparaíso.

Ni perdón ni olvido: Juicio y Castigo a los culpables.

Nadie borrará la sangre ni las sucias y oscuras manipulaciones de dólares yanquis y vidas humanas; nadie tapará los cruentos hechos descubiertos; nadie perdonará las violaciones a los Derechos Elementales del Ser Humano; nadie quebrantará la Promesa y el Juramento al haber visto y haber oído el nombre de la Traición rastrera; y se reclamará por todo lo desaparecido, lo extinguido, lo mancillado, se acabará el Silencio y habrá Esclarecimiento y Justicia.

Hoy, desde este punto, cercano a la Cruz del Sur, quiero encender de nuevo la luz y el color, la fuerza pujante del hombre de mar, del pescador, de la artesana, de la enfermera, del poeta marítimo y esencial, sacar la claridad, desde lo hondo, de este añejo puerto que soportó el maremoto de la muerte y la inconciencia.

"Si usted hubiera visto por mis ojos y sentido por mis sentidos, querría, sin duda, lo mismo: resucitar la poesía y la verdad y aferrarse al Sol y a la alegría, encumbrando esperanzas desde un mirador panorámico..."

Y, sin embargo..., desde lo hondo de mi, quisiera esa pacifica amistad, no manchar mis manos, ni las manos suyas, con la sangre asesina, genocida; tal vez, cerrar los ojos y pensar que nunca fue mil novecientos setenta y tres... Y que a ninguna parte del mundo llegó nunca esta Historia.

Derechos Rservados © María Luisa Landman R.

PROYECTO HAARP - ¿ FABRICACIÓN DE SISMOS AMERICANO ?

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